Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazòn;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que un sol ardiente lucía
dentro de mi corazòn.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazòn.
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