Este texto lo encuentro muy bueno y con el permiso de su creadora lo pongo en nuestro blog.
Gracias a María Jesús Verdú.
La tristeza es un estado vital en el cual a la persona le cuesta tomar decisiones acertadas, llevar a cabo actividades energéticas o tomar la iniciativa pues su estado mental impide seguir adelante con las propias decisiones, sobre todo si, además, se siente frustración, resentimiento, falta de fe en uno mismo, melancolía o falta de aceptación del presente.
Cuando la melancolía aflora, un antídoto es hacer un esfuerzo por valorar y agradecer lo bueno que la vida nos ofrece, que nos ha ofrecido y que nos ofrecerá, sintiéndolo como algo nuestro en el ahora.
Cuando la frustración aparece, podemos imaginar o reconocer las buenas cualidades que existen en algunas personas y extenderlas al resto, como si fueran una capa de energía pegajosa que se adhiere al alma de aquellos a quienes llega. También podemos sentir como este capa de energía de cualidades positivas emocionales, nos envuelve y se asienta en nuestro corazón. De igual modo, también podemos enviar la energía de nuestras propias cualidades y habilidades a los demás como si fuera una alfombra de luz que bendice a quienes ponen sus pies sobre ella.
De esta forma, contribuimos a potenciar aquello que calificamos como bueno o positivo